El sureste de Coahuila siempre ha disfrutado de una gran reputación gracias a la variedad y calidad de sus dulces. Durante muchas décadas, Saltillo, Ramos Arizpe, Arteaga, General Cepeda y Parras han producido delicias que obligan al viajante a desviar su camino e invertir tiempo en hallar el verdadero dulce casero, cada vez más dificíl de conseguir. El pan de pulque, la leche quemada, los ates, el vino de frutas, el turrón, el rollo de nuez, el jerez y las conservas sol algunos de estos productos regionales que han ido cobrando cada vez más fama con el paso de los años.
Uno de los elemetos más importantes que nos permiten enorgullecernos de estos dulces es, sin lugar a duda, la Sierra Madre Oriental, la cual, en los cañones que forma en el municipio de Arteaga, crea el clima perfecto para que nazcan y crezcan frutas de exquisito sabor y delicadeza: manzana, membrillo, chabacano, durazno, ciruela y cereza. Con estas sabrosas frutas, cientos de personas que aman sus tradiciones y gustan del arte de la conserva siguen frabricando ates, cajetas, jaleas, licores y frutas en conserva año tras año, especialmente después de la cosecha, entre finales de octubre y mediados de diciembre.
El licor de manzana, por ejemplo, se obtiene extrayendo jugo perfectamente natural de manzana y agregándole alcohol, azúcar y ácidos conservadores; tras un mes de reposo, el vino de manzana está listo para disfrutarse.
Pero si el licor se oye fácil de hacer, un par de kilos de manzana hervidos y colados, más algo de azúcar y calor, más un rato a baño maría, pueden convertirse en cajeta o mermelada, dependiendo del punto que prefiramos darle. O si se les pone menos azúcar y algo de chile, y se les coloca sobre una hoja de maguey tratada y luego se cubren con una película de plástico, se convierten en suadero. O si no se les cuela, sino que se muelen obtenemos ate. O si se les agrega nuez en determinada proporción, entonces estamos ya hablando de algo muy diferente. O si decidimos cambiar la manzana por guayaba y agregar nuez en pedazos y una porción generosa de leche quemada, tendremos uno de los dulces mas deliciosos de todo México: el rollo de guayaba.
Uno de los elemetos más importantes que nos permiten enorgullecernos de estos dulces es, sin lugar a duda, la Sierra Madre Oriental, la cual, en los cañones que forma en el municipio de Arteaga, crea el clima perfecto para que nazcan y crezcan frutas de exquisito sabor y delicadeza: manzana, membrillo, chabacano, durazno, ciruela y cereza. Con estas sabrosas frutas, cientos de personas que aman sus tradiciones y gustan del arte de la conserva siguen frabricando ates, cajetas, jaleas, licores y frutas en conserva año tras año, especialmente después de la cosecha, entre finales de octubre y mediados de diciembre.
El licor de manzana, por ejemplo, se obtiene extrayendo jugo perfectamente natural de manzana y agregándole alcohol, azúcar y ácidos conservadores; tras un mes de reposo, el vino de manzana está listo para disfrutarse.
Pero si el licor se oye fácil de hacer, un par de kilos de manzana hervidos y colados, más algo de azúcar y calor, más un rato a baño maría, pueden convertirse en cajeta o mermelada, dependiendo del punto que prefiramos darle. O si se les pone menos azúcar y algo de chile, y se les coloca sobre una hoja de maguey tratada y luego se cubren con una película de plástico, se convierten en suadero. O si no se les cuela, sino que se muelen obtenemos ate. O si se les agrega nuez en determinada proporción, entonces estamos ya hablando de algo muy diferente. O si decidimos cambiar la manzana por guayaba y agregar nuez en pedazos y una porción generosa de leche quemada, tendremos uno de los dulces mas deliciosos de todo México: el rollo de guayaba.
Fuente
Revista: Saltillo una ciudad de altura
invierno 2008
Revista: Saltillo una ciudad de altura
invierno 2008
2 comentarios:
Gracias por la visita, y bienvenidos a El Norestense!
Un saludo a toda la gente bella de Saltillo...
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