jueves, 18 de marzo de 2010

Leyendas de Saltillo: MONICO

Hola, hola! aquí les traigo otra leyenda, que en mi muy personal opinión es una de las mejores, o bueno al menos es una de MIS favoritas, vale la pena llegar hasta el final, sobre todo por que si ya viste la película de "cuarto contacto", esto te pondrá la piel de gallina y uno que otro escalofrío si te dará; que la disfruten:

De una truculenta y verídica historia de hechicería, conocieron con todos sus detalles, los habitantes de Saltillo, al correr los años de 1919 a 1921.

De los agentes de hotel que más popularidad han tenido en Saltillo, sin duda alguna ha sido Mónico Martínez, que por más de treinta años prestó sus servicios en hoteles de "La Plaza" y "Coahuila".

De carácter franco, comunicativo y afable, dicharachero y guasón, Mónico era conocido en toda la ciudad, máxime por la circunstancia, muy especial, de haber sido hermano de Crescencio Martínez (a) "El Cácaro", puntillero de toros de fama internacional, conocido de nombre y apodo en la mayor parte de los cosos taurinos de España, donde su mote era festinado en diferentes ocasiones cuando se presentaba la suerte final, para despachar un toro a los mulilleros.

Mónico gustaba de conversar diariamente sobre los temas de actualidad; ya fueran estos política, que entonces no era muy sonada; la actuación de una buena compañía de drama o comedia en los teatros "Morelos" y "García Carrillo"; ya sobre el pomposo casamiento de zutano o de Mangano o de los funerales de algún ricachón que había abandonado este valle de lágrimas.

Se distinguía de los demás compañeros de su oficio, por su indumentaria siempre limpia y bien planchada; usaba invariablemente el clásico vestido azul marino de paño o buen casimir, uniforme semejante al reglamentario de la tripulación de los trenes de pasajeros, con botonadura dorada en el cierre y puños de las mangas doblilladas; cachucha de corta visera, confeccionada del mismo género del vestido, con dos cintas de galon dorado y zapatos de charol siempre muy bien boleados y lustrosos.
Por costumbre, y de esto no se conoce la causa, siempre gustaba de atraviarse con amuletos representando diferentes figuras de marcada superstición y números cabalísticos; pues en su leotina de fino oro amarillo, llevaba una calaverita de hueso con los ojos de color rojo, simulados con alguna imitación de granate o de rubí; un número 13 como prendedor en el nudo de la corbata, según costumbre de la época y en la solapa del chaquetín o en la carterita de la bolsa de pecho, exterior, se colgaba un trébol, de "cuatro" hojas, un clavel, una gardenia o una rosa.

A la simple vista parecia que su vida se deslizaba tranquila y feliz; pero su aspecto, por demás interesante, desmostraba que nada opacaba su existencia en este mundo. Sin embargo, ya tratándolo a fondo y hablando con él sobre temas distintos a la normalidad de las costumbres sociales, se descubría que en su interior poseía un sistema nervioso alterable, si cuando las conversaciones llegaban a la broma y sobre asuntos de brujería, hechicería o aparecidos. El aseguraba saber de muchos sucedidos en la ciudad, en que los espíritus malignos intervenían, y se jactaba de ser uno de los que no temían a los aparecidos; pero era un creyente en hechizos, brebajes y maleficios de brujería; pues él Mónico, en distintas ocasiones, decía haber sido víctima de las "brujas", a las que profesaba un horror manifiesto.

Contaba que una vez, una mujer, se apoderó de uno de sus retratos, y que lo vio después en una sospechosa casa de barrio no muy santa, colocado en un nicho de encajes entrelazados, cubierto completamente de alfileres clavados en la cabeza y en la región izq. del pecho, donde pendía tambien una chuparrosa disecada. Refería además que llegó a ver volar por las tapias de su casa, a las "brujas" montadas en una escoba, y que las lechuzas nunca abandonaban por las noches los árboles del patio donde él vivía.

Estos hechos los narraba con mucha naturalidad, a grado tal, que quien los escuchaba, se sentía poseído del maleficio del que creía ser víctima Mónico.
Muchas "gentes" de Saltillo creyentes o no, al saborear los diferentes aspectos de la hechicería de Mónico, compadecían su estado de nerviosidad tan palpable, y hasta llegaban a pensar que su actitud traspasaba los límites normales y le creían un loco por momentos.
Solo él sabía lo que pasaba en su interior, pues los médicos que lo habían atendido, aseguraban que mal ninguno, de carácter orgánico padecía Mónico; y sus amigos, que conocían su carácter lo veían como un vacilador y conceptuaban sus pláticas como mera guasa.

Del año de 1919 al año 1921, el físico de Mónico había perdido mucho de su habitual modo de ser y estaban tan desmejorados su semblante y su aspecto, que varias ocasiones faltaba a su trabajo, causando sorpresa este hecho, pues era muy celoso en el cumplimiento de sus deberes.
Una mañana del mes de marzo de 1921 circuló por toda la ciudad la noticia de que Mónico había sido encotrado muerto, flotando en la superfici de la alberca "Altamira", y todo Saltillo se hizo conjeturas sobre la realidad de los hechos; pues éstos eran comentados por cada quien en la forma que mejor le acomodaba, haciendo truculenta y fatídica la narración. A la sazón prestaba yo mis servicios en un periódico de la localidad, redactor en "El Coahuila" y me tocó en suerte ser el autor de las informaciones oficiales de tan extraño sucedido.

Por unos bañistas, de esos que les gusta el baño de alberca muy temprano, fue descubierto el cuerpo de Mónico, el que ante la fe de la autoridad no presentaba huellas de haber sido asesinado ni con arma de fuego, ni con instrumento punzo-cortante; tampoco había sido envenenado. Tenía unos pequeños rasquños en el pómulo izq. y raspones en el ante brazo derecho. No había muerto de ahogado. Estaba su cadaver con su pantalón azul de trabajo y en mangas de camisa; esta era blanca reción planchada; conservaba sólo un zapato pues el otro, su hermana Luisa, se había quedado con él en la mano, al pretender detenerlo, cuando lo vio "volar"... de que había muerto Mónico?... Esto nunca se supo ni se ha sabido...

Por la calle de Santiago, ahora Gral. Cepeda hacia el sur, media cuadra antes de llegar al Ojo de Agua y unas cuantas casa cerca de la "Quinta Altamira", estaba el domicilio del infortunado agente del hotel. Después de un pequeño zaguán seguía un patio regular en el que había algunos árboles. Más al fondo y pasando una puerta se destacaba el corral con aspecto de huertecita, pues había en él algunos árboles frutales, una chayotera y otras matas de ornato. Las bardas que circulaba el corral, limitando la propiedad, no eran altas ni muy bajas, y pasando dos muros más al fondo y hacia el norte, quedaba la huerta y baños de "Altamira", en cuya alberca fue encontrado su cadáver.
Y si nunca se pudo confirmar la causa de la muerte de Mónico, justo es asenta lo que nos dijera su familiar cercano del desaparecido, para dar sabor a su misteriosa, conmovedora y espeluznante muerte.

"Yo mismo estoy espantado!" -dice el primo de Mónico.- Antes de ayer, a las nueve de la noche, ya estando acostado, Mónico se levantó y se fue a decirme que no podía dormir porque las lechuzas y las "brujas" estaban esperando que se durmiera para llevárselo.- No es posible, Mónico, le dije; -Vete a acostar; domina los nervios. Si no duermes, como ya tienes varios días de no hacerlo, no van a ser las lechuzas y las "brujas" las que te lleven, sino la muerte misma.- Se estremeció y como que quiso llorar y entonces me dijo:- Oye primo, cuídame.- Aunque yo estaba cansado y desvelado, fui a llevarlo a su cama; lo acosté y me senté en una silla, en la única puerta que tenía la recamara donde estaba su cama.- No se durmió; pero un buen rato se quedó tranquilo. Después se sentó y desesperadamente, soltó un aterrador y destemplado grito:- Las "brujas", las lechuzas! Me llevan las "brujas" y las lechuzas!.

No pegó los ojos en toda la noche, ya en la mañana como a las nueve, después de tomar una taza de café solo, medio se quedó dormido, despertando como a las once. Le pregunté que había tenido durante su dormitada y no me supo explicar. Sólo abría los ojos extraviadamente y como que quería recordar algo. Se levantó un rato; se sentó en una silla afuera, en la calle, donde todavía pegaba el solo amarillento que ya se perdía en el Poniente y un rato mas, se metió a la casa diciendo que aunque no tenía sueño, quería dormir. Yo me fui a cenar a la cocinita y en eso estaba cuando va llegando como un loco y nos dice: Las "brujas"!!!, las lechuzas!!..... Me quiere llevar las "brujas" y las lechuzas!!!

Estos constantes arrebatos de Mónico, alarmaron notablemente a sus familiares, quienes tomando las medidas del caso, pusieron en conocimiento de la autoridad los hechos y pidieron auxilio.
Mientras tanto lo convencimos de que eran sus nervios y fue a recogerse nuevamente a su cama.
A las nueve de la noche se presentaron en la casa dos policías con el objeto de conocer de los acontecimientos, y Mónico aún despierto, suplicó casi en estado de desvario a los policias y a su primo que lo cuidara...
Los gendarmes y el primo de Mónico se apostaron en la única puerta que daba salida a la recámara donde estaba la cama de Mónico, y como a la once de la noche se dejaron escuchar estrepitosamente, los destemplados gritos de Mónico:..Las "brujas" y las lechuzas me quieren llevar!!!...Nuevamente logramos que se acostara, pero antes nos dijo a la policia y a mi: -Si no me cuidan...¡Me van a llevar las "brujas"...!

Tanto los policías como yo nos regresamos nuevamente a sentarnos en las sillas que teniamos en la única puerta de la recámara... Yo no recuerdo haber dormido, pues Mónico hasta las dos o tres de la mañana estuvo muy inquieto, y después... un silencio sepulcral... yo creí que estaba dormido y me dormí; los policías a mi lado hicieron lo mismo, recargados en las sillas siempre en la única puerta que daba a la recámara de Mónico... A las seis de la mañana que despertamos, Mónico no estaba en su cama. Ni los policías ni yo habías sentido que pasara alguien por la única puerta que daba a su recámara y no sé que decirles mas...
Hasta que supe que su cadáver había sido encontrado flotando en la alberca y que Luisa mi prima y hermana de Mónico, estaba en estado inconsciente, en el patio, con un zapato de Mónico en la mano.

Algunas investigaciones judiciales y policiácas se hicieron a raíz de esta misteriosa muerte que conmovió por varios días a Saltillo. Sólo se encotró mutismo en los vecinos que jamás pudieron descifrar la tétrica muerte de Mónico y por más que las autoridades se esforzaron para recabar informes sobre algunos enemigos que tuviera Mónico, nunca se supo y quedó como hasta ahora en el misterio la muerte de aquel agente de hotel a quien la conseja asegura se llevaron las "brujas" y las lechuzas.

Huuuuy! que tal eh?, que les pareció? yo digo que Mónico era en realidad abducido por extraterrestres, como les pasaba a los de la película jeje, y era algo tan feo que no lo soporto y termino suicidandose, o ustedes que creen que le haya pasado a Mónico?

Saludos y aguas con las lechuzas eh!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

buenas tardes bueno yo recuerdo que hace muchos años mi bis abuela me contaba que a su papa se lo habian llevado las brujas ella siempre nos decia eso y ella creia en las brujas demasiado nosotros lo tomabamos como un comentario de poca importancia ella se llamaba Rafaela Martinez y mi abuela se llamaba Esperanza Navarro Martinez mi madre se llama Yolanda Gonzalez Navarro CUANDO LEIMOS LA leyenda pues fue publicada hace algunos años en las leyendas de saltillo sacamos la conclusion de que Monico Martinez sera acaso el papa de mi bis abuela pues ella murio mucho antes de que yo llegara a leer la leyenda de monico y ella de chiquillo no decia que a su papa se lo llevaron las brujas yo tengo 51 años bueno de todos modos si esta cañon la la leyenda que puede ser verdad saludos hasta luego

Anónimo dijo...

nadamas para hacer una rectificacion pues me falto una s en la parte final que nos decia que a su papa se lo habian llevado las brujas bueno otraves gracias